Las distintas etapas de la vida
( con especial referencia al
envejecimiento
y a la muerte)
( Duración 1: 41: 20 )
El vídeo aborda con gran riqueza de imágenes el
desarrollo, fundamentalmente desde un punto de vista biológico, del ser humano:
nacimiento, infancia, adolescencia, edad adulta, senectud .Como los demás seres
vivos nacemos, vivimos y morimos. La vida en general y el ser humano especialmente somos algo extraordinario . Luis Alonso resume con estas palabras ese carácter extraordinario ("Lo humano , ¿qué dice la neurociencia que es el hombre", Rev. Mente y Cerebro, 55/2012 ):
Un simio puede alcanzar un plátano, pero sólo el hombre puede alcanzar las estrellas . Los simios viven ,luchan, se reproducen y mueren en la selva : fin de la historia. El hombre escribe, investiga, crea y busca. Ensartamos genes y dividimos átomos, lanzamos cohetes espaciales. Miramos en las entrañas de la gran explosión y en los dígitos del número pi. Y lo más sobresaliente dirigimos nuestra mirada hacia el interior, ensamblando las piezas del rompecabezas de nuestro cerebro único y maravilloso. Mas ¿cómo puede ser que una masa gelatinosa de tres libras de peso contemple el significado de infinitud e incluso se cuestione su propio papel en el cosmos? Nuestro cerebro consta de átomos que se forjaron en el corazón de estrellas distantes años luz de nosotros. Esas partículas navegaron durante eones hasta que la gravedad y el azar las juntó aquí, ahora. Esos átomos forman ahora un cerebro que no sólo puede admirar las estrellas que le dieron nacimiento, sino que puede pensar también sobre su capacidad de pensar y admirarse de su capacidad de admiración. Con la llegada del hombre, se ha dicho, el universo adquirió de inmediato conciencia de sí mismo. Y eso es , en verdad, el mayor misterio de todos.
El que la vida conlleve un final nos entristece. Decía el
filósofo Hegel que el paso del tiempo es el principio de la melancolía humana .
Este vídeo, por otra parte muy bien desarrollado, al final también nos
entristece. Presenta un final con planteamientos puramente biológicos y en una
secuencia un tanto fatalista. Presenta un desarrollo espontáneo de la biología
pero existe y hay que potenciar aún más un desarrollo humanizado de la
biología. Decía Ramón y Cajal :“Todo hombre puede ser , si se lo propone,
escultor de su propio cerebro”. El ser humano recrea el mundo y es también
capaz de recrear en muchos aspectos su propia vida, corregimos continuamente a
la naturaleza. Somos capaces de mejorar nuestra propia biología.
El vídeo presenta la menopausia, el envejecimiento y la
muerte como si fueran procesos que no pudieran corregirse y mejorarse o al
menos no alude a esa posibilidad.
Sin embargo ante los procesos hormonales que se producen en la
menopausia que conllevan, por ejemplo, una reducción del colágeno y con ello un
deterioro de la piel , hemos inventado cremas para que ese deterioro sea el menor posible. Ante
la posible osteoporosis nos planteamos una prevención mediante alimentación ,
ejercicio y medicamentos… Muchas mujeres en la etapa de la menopausia se
encuentran más felices que en etapas anteriores, con una vida sexual más
satisfactoria , con una mayor sabiduría de la vida , con más equilibrio…
En cuanto al envejecimiento
hay un envejecimiento saludable y muchas personas llegan a una avanzada edad en
un estado en muy buenas condiciones físicas y mentales como Mario Bunge , cuya
foto aparece más abajo.
Por lo tanto , para compensar un poco los tratamientos
puramente biológicos del vídeo, presentaré a continuación los planteamientos
psicológicos de Hans-Wemer Wahl sobre el envejecimiento y los planteamientos
filosóficos de Jesús Mosterín sobre la muerte.
En otras ocasiones
abordaremos en este blog más detenidamente otras etapas de nuestro desarrollo vital.
Presento a continuación una pequeña parte de la entrevista
al psicólogo especialista en senectud
Hans-Werner Wahl de la Universidad de Heidelberg . La entrevista
completa se puede leer en la revista “Mente y Cerebro” , nº 51 /2011.
“Forjamos
nuestra propia vejez.La biografía, más que la biología, moldea la forma de
envejecer de cada persona. Cumplir años no comporta por sí mismo una reducción
del bienestar y de la vida social”.
-Doctor Walhl, el concepto de senectud
despierta connotaciones negativas para multitud de personas; lo asocian a una
degeneración inevitable y a diversas pérdidas. ¿La última etapa de la vida no
se caracteriza sólo por sus sombras,verdad?
-En mi
opinión, es hora de cambiar el valor que otorgamos a todo aquello ligado al
envejecimiento. Aunque tampoco deberíamos ir de un extremo a otro ni dejar de
discutir acerca de los problemas relacionados con la edad o ignorarlos. Es
cierto que nos encontramos en una situación única en la historia: nunca antes
habían existido tantas personas mayores y , mucho menos, tan lúcidas, abiertas,
activas y dinámicas como hoy en día. Se trata de un colectivo que , además,
representa un sector creciente en el poder político y económico. Debemos tener
presente que , con la esperanza de vida actual por encima de los 80 años, la
vejez no abarca el último par de años. Todo lo contrario : ocupa casi un tercio
de nuestro recorrido vital.
-¿Alguien que crea que los achaques de la
edad son inevitables, puede degenerar con más rapidez?
-Sí, lo
llamamos “autoestereotipificación”. Olvidamos con frecuencia que las
capacidades que un anciano todavía conserva y las que ha perdido son , a
menudo, una cuestión de confianza en sí mismo.
-¿Cómo valora usted la influencia de la
herencia y del ambiente en los procesos de envejecimiento?
-Los genes
de una persona desempeñan , por lo general, un papel menos destacado a lo largo
de la tercera edad que en su juventud. Yo valoro más el peso de la formación,
ya que suele reforzar la conciencia sobre el propio envejecimiento; uno sabe
cómo debe comportarse para moldearlo de forma correcta.Ello conduce de nuevo a
una mayor implicación. Uno no se conforma: hace algo para sí mismo: practica
deporte o asiste a la universidad o a la escuela para adultos. Todo ello
protege al sujeto frente a las consecuencias negativas del envejecimiento. La
alimentación también es importante. El sobrepeso y la comida muy grasa o rica
en azúcares aceleran el envejecimiento. Aquí inciden numerosos procesos de
forma simultánea. Además, nunca habíamos podido forjarnos nuestra propia vejez
como ahora. Alimentación sana, movimiento y estímulos para aprender son la
mejor prevención, desde el punto de vista psicológico.
-¿Afirmaría usted que la forma en que
envejecemos se encuentra en nuestras manos?
-En
parte, sí. Con frecuencia es complicado explicar a las personas mayores que
envejecer también es una cuestión de actitud. Muchos de ellos se sienten
encadenados al destino y piensan que lo que el médico no puede arreglar, ya no
tiene remedio. Como he mencionado antes, cualquier referencia a la edad puede
despertar expectativas negativas sobre la propia capacidad de rendimiento.
Para analizar algunos aspectos sociológicos del envejecimiento se puede ver el vídeo de Redes : "Envejeceremos y seremos menos".
Mi admirado Mario Bunge, físico y filósofo, sigue a sus
92 años plenamente lúcido, publicando y haciendo entrevistas .Dice en la entrevista
hecha en marzo del 2011: Y eso que: “Ya no estoy tan ágil como
a los noventa años”.
En cuanto al proceso de la muerte creo que hay que aprender a morir mejor, a que la sociedad
permita que cada persona individual decida el cómo y cuándo morir. Aquí nos
movemos en planteamientos éticos y la problemática de divergencia de opiniones
está servida. Los que defendemos el derecho a elegir la propia muerte no
obligamos a nadie a que piense o actúe como
nosotros. Los que están en contra en cambio se creen con el derecho de obligar
a los demás a que actúen según sus planteamientos. Se creen representantes de
un dios todopoderoso en el que creen , dueño de la vida y la muerte. Pero esas
creencias son cuestionables y no les da
derecho a ninguna imposición.
Recogeré a continuación algunas reflexiones del filósofo Jesús Mosterín enormemente
lúcidas que nos pueden ayudar a vivir y a morir y a superar la melancolía que
puede producir el final de este vídeo y el pensar sobre la muerte. Proceden del
capítulo 12 de su libro “La naturaleza humana”:
El conocimiento de la muerte, la certeza y
premonición de la muerte arroja una sombra ambigua sobre nuestra conciencia de
la vida. Por un lado, añade urgencia y seriedad a la vida. Cada evento y
episodio de nuestra vida se vuelve único, urgente y en cierto modo sagrado. Por
otro lado, subraya la futilidad de cuanto pretendemos y anhelamos.
Epicuro combatió el miedo a la muerte con un
argumento famoso y básicamente correcto : “La
muerte no es nada para nosotros, pues, mientras nosotros existimos, la muerte
no existe, y tan pronto como la muerte existe, nosotros ya no existimos”.
Cita también unas reflexiones de Thomas
Nagel :” ¿Es malo para nosotros morir?
¿Es malo no nacer? Hay una simetría
física y lógica entre el nacimiento ( o la concepción) y la muerte. Si la
no-existencia antes del nacimiento no es mala, ¿por qué iba a serlo la
no-existencia después de la muerte? Sólo lo que ocurre dentro de nuestra vida
es bueno o malo para nosotros.”
También recoge unas lúcidas reflexiones de
Bertrand Russell :”Todo miedo es malo y
debería ser superado no mediante cuentos de hadas, sino mediante el coraje y la
reflexión racional. Creo que cuando me muera, me pudriré y nada de mi yo
sobrevivirá. No soy joven, y amo la vida. Pero desdeño temblar con terror ante
la idea de la aniquilación. La felicidad no es menos auténtica porque un día
deba acabarse, y el pensamiento y el amor no pierden su valor porque no duren
eternamente”.
La vida en sentido biológico es un fenómeno natural,
pero la vida en sentido biográfico puede ser una obra de arte. Cada uno de
nosotros es el artista de su vida, el autor de su biografía, el director de su
película. El arte siempre está sometido a constreñimientos, y el arte de vivir
empieza con pie forzado. Cuando uno se pone a redactar el guión de su vida, se
encuentra con que el primer y decisivo capítulo ya está escrito y no se puede
borrar. A uno sólo le queda continuar la novela, cosa que hacemos mientras
vivimos, como Ortega y Gasset subrayó repetidamente. Aunque no nos es dado
redactar el primer capítulo, a veces podemos escribir el último. Ya que no
podemos elegir cómo nacer, al menos podemos elegir cómo morir, a no ser que la
muerte se nos adelante y desbarate nuestros planes.Con frecuencia el zarpazo de
la muerte nos sorprende con la pluma en la mano, antes de que nosotros queramos
morir. El libro de nuestra vida queda truncado, la película acba bruscamente,
el final no es nuestro, nos sobreviene como un accidente externo, sin que
nosotros tengamos ni arte ni parte en el asunto. Otras veces los demás irrumpen
en la filmación de los últimos planos, nos apartan de la dirección de la
película y la alargan contra nuestra voluntad con escenas inacabables de
miseria, agonía y dolor que no estaban en el guión. Estas interferencias
pisotean nuestra libertad y convierten lo que podría haber sido una obra de
arte cabal en un bodrio lamentable.
A pesar del mágico encanto de la infancia y de la turbadora
emoción de la pubertad, es hermoso crecer, hacerse adulto, vivir en sazón y
plenitud, sentirse a gusto en la propia piel, pensar con lucidez, ejercer la
autonomía, tomar en nuestras manos las riendas de nuestra propia vida. Nadie
nos preguntó cómo nacer, pero quizá podamos decidir cómo morir. Podemos ser los
autores del último capítulo de nuestra biografía, podemos hacer que la película
de nuestra vida acabe bien, a nuestro gusto. No hay necesidad de rodear el
trance de la muerte de terrores, supersticiones y tabúes. También la muerte
puede abordarse con serenidad y racionalidad. Por desgracia, y como ha señalado
Nuland, la mayoría de la gente no muere como elegiría morir.
El ideal del humán libre consiste en tomar el mando y
asumir la autoría de su vida y de su muerte. Que podamos decidir el punto
final, que podamos elegir el día y la hora de nuestra muerte, el dónde y el
cómo morir, que nuestra muerte sea la muerte inventada y elegida por nosotros,
nuestra muerte propia.
Como sabía Lucio Anneo Séneca ( 4 a.C.-65 d.C.): “lo que
importa es lo buena que sea tu vida, no cuán larga sea. Y , muchas veces, que
sea buena es que no sea larga”. Séneca tenía una postura lúcida ante el final
de su vida: “No renunciaré a mi edad provecta mientras deje intacto lo mejor de
mí mismo. Pero si empieza a debilitar mi mente, si destruye mis facultades una
tras otra, si no me deja más vida que el aliento, yo abandonaré el edificio
ruinoso. Si sé que voy a sufrir sin esperanza de alivio, dejaré la vida no por
temor al dolor, sino porque tal situación impide todo aquello poe lo que vale
la pena vivir”.
Es previsible que la tecnología del mantenimiento
artificial de la vida ( por muy deteriorada, agónica y residual que sea) siga
progresando. Por eso es deseable que la eutanasia se convierta en una
alternativa rutinariamente ofrecida a los pacientes terminales. Y por eso es
importante postular el derecho a decir basta, a elegir el final de la película,
a vivir con serenidad los últimos momentos y a elegir el lugar del manuscrito
donde queremos estampar el punto final.Nuestra libertad y nuestros derechos de
autor están en juego.
La muerte es un evento natural, el final de la vida. El
enemigo no es la muerte, sino la enfermedad y el dolor.
Qué curioso es
el hombre,
nacer no pide,
vivir no sabe,
morir no quiere
Proverbio chino
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