El calor intenso reduce
nuestra disposición a ayudar
European Journal Social Psychology
Las altas temperaturas aumentan la fatiga, lo que a su vez reduce el afecto
positivo y la actitud prosocial.Las personas tendemos a reducir nuestra
disposición a ayudar cuando el calor aprieta.
Cuando tenemos calor nos mostramos menos
dispuestos a echar una mano a nuestros congéneres, a esta conclusión han
llegado las investigadoras Liuba Belkin, de la Universidad Lehigh, y Maryam
Kouchaki, de la Universidad del Noreste en Evanston. Su trabajo, publicado la
revista European Journal Social Psychology,
se basa en tres experimentos diseñados para explorar el vínculo entre la
temperatura ambiente y el comportamiento prosocial individual.
En un primer experimento, las autoras
analizaron la conducta de los empleados de una cadena de venta al por menor.
Descubrieron que si las temperaturas eran demasiado altas, estos trabajadores
reducían a la mitad su ayuda a los clientes, la escucha activa a estos y
sus recomendaciones de compra alternativas.
Belkin y Kouchaki constataron
una conducta similar en probandos que habían reclutado para un estudio en línea
remunerado. En concreto, solicitaron a una parte de los sujetos que se
imaginaran una situación en la que debían soportar un calor desagradable.
Después de que respondieran a algunas preguntas y cumplimentaran un par de
cuestionarios, les pidieron que participaran en otra prueba, esta vez sin
remunerar. Los probandos que habían sufrido un calor intenso en la prueba
anterior se mostraron menos dispuestos a colaborar en esta segunda tarea: solo
un 24 por ciento se ofreció a realizar el test; en cambio, ese porcentaje
alcanzaba el 76 por ciento en el grupo de control (individuos que habían
experimentado una temperatura agradable).
Más fatigados si hace calor
En un último experimento, las
investigadoras reunieron, en pleno verano, a unos estudiantes en una sala de
conferencias bien climatizada; a otros, en una en la que reinaba el calor.
Solicitaron a todos que cumplimentaran una encuesta con fines solidarios.
Mientras que el 95 por ciento de los voluntarios que se encontraban en el aula
con aire acondicionado se mostraron dispuestos a colaborar en la encuesta,
apenas un 64 por ciento de los que habían pasado calor se ofrecieron a ello.
Estos últimos también tiraron la toalla antes: con frecuencia solo contestaban
las primeras dos preguntas.
Encuestas adicionales mostraron que los
participantes que habían estado expuestos a altas temperaturas, ya fuese en la
realidad o a través de la imaginación, se sentían pronto cansados. Esa podría
ser una de las razones por las que su disposición a ayudar se evaporaba antes,
apuntan las autoras. En el caso del experimento de la sala poco refrigerada,
también cabe la posibilidad de que los participantes quisiesen abandonarla lo
más rápido posible. Sea cual sea el motivo, el resultado parece claro: las
altas temperaturas pueden afectar la percepción, los sentimientos y el
comportamiento de las personas.
Artículo traducido y
adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Spektrum der Wissenschaft.
Referencia: «Too hot to help! Exploring the impact
of ambient temperature on helping», L. Y. Belkin y M. Kouchaki en
European Journal of Social Psychology, DOI: 10.1002/ejsp.2242, 2017.
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